Ayer hizo un buen día para trabajar. Después de lloviznar al amanecer, quedó una mañana nublada y con temperaturas moderadas. Nos juntamos 17 voluntarios, repitiendo muchos del primer turno en esta segunda jornada de voluntariado ambiental.
Aunque la pendiente dificultó el trabajo, limpiamos de ramaje toda la zona que teníamos previsto. Finalizamos la mañana cansados, pero también con la satisfacción de saber que de ahora en adelante podremos gozar allí del paisaje que antes ocultaba el eucaliptal, mientras va creciendo un variado bosque caducifolio compuesto de robles, castaños, abedules, laureles, arraclanes y piruétanos, entre otros árboles autóctonos.
Como en la ocasión anterior, la Asociación de Desarrollo Rural Mariñas-Betanzos financió los seguros de accidentes y la empresa Gadisa proveyó un avituallamiento que se agradeció.
Aún no hemos programado las próximas jornadas de voluntariado. Si quieres que te avisemos cuando tengamos las fechas, mándanos un correo electrónico (en la sección Contacto encontrarás nuestra dirección).