En la anterior jornada de voluntariado quedara pendiente de finalizar la eliminación de la juncia olorosa (Cyperus eragrostis) en la zona húmeda de la reserva de anfibios. Esta mañana, quince voluntarios han acometido el reto. Aprovecharon la temperatura agradable, pero encontraron el suelo completamente seco, por lo que era más difícil arrancar las plantas.
La decisión y el trabajo sistemático llevaron a que avanzáramos a buen ritmo. También localizamos algunos ejemplares de zamarraga (Conyza canadensis) y de matacavero (Aster squamatus) que pasaron desapercibidos en la jornada anterior. En total juntamos una biomasa de aproximadamente medio metro cúbico.
A pesar de la efectividad del trabajo realizado, no podemos dar por erradicadas definitivamente estas especies. Tienen una gran capacidad de recolonización, tanto gracias al banco de semillas del suelo como por la alta capacidad de dispersarse arrastradas por el viento. En todo caso, como ya hemos comprobado en años anteriores, aunque reaparezcan será con densidades mucho menores.
La jornada finalizó con una comida campestre en la que los voluntarios compartieron viandas y conversaron animadamente.