Habitualmente, eliminar tradescantia es una tarea sencilla, donde lo único que se precisa es paciencia. Pero en otros casos, como ocurrió hoy, puede ser una actividad de riesgo a causa de las circunstancias.
En el último campo de trabajo quedaron en el arroyo de As Bouzas dos focos sin eliminar de esta especie exótica invasora. Estaban localizados en paredes rocosas muy resbaladizas en un tramo de cascadas, por lo que no era aconsejable que los voluntarios se ocuparan de ellos. Pero era importante retirarlos cuanto antes, pues se situaban en puntos a merced de las crecidas del arroyo; consecuentemente, cualquier trozo arrancado podría luego prender allí donde lo dejara la corriente.
Hoy, aprovechando que el arroyo aún lleva poca agua, cuatro personas ―entre ellas el director y dos monitores del campo― se acercaron a este enclave debidamente equipados con material de escalada. A pesar de las dificultades, han logrado eliminar los dos focos, retirando 96 kg de tradescantia y 3 kg de basura. Lo peor ha sido el retorno por senderos difíciles, pues ha habido que cargar a la espalda todo el equipo más el peso de lo retirado.
A la naturaleza le son indiferentes nuestras dificultades. Las especies exóticas invasoras hay que eliminarlas allí donde se encuentren. Por lo tanto, si realmente queremos tener éxito en su erradicación, no podemos limitarnos a los lugares donde las actuaciones resulten más fáciles o más visibles.