Esta mañana, 25 personas se acercaron a la reserva de anfibios del Catorce: el voluntario más maduro era sexagenario y el más joven tenía… ¡18 meses! El objetivo era intentar finalizar la primera fase de actuaciones en la reserva. Lo consiguieron.
A pesar de la dificultad de organizar el trabajo de un grupo tan numeroso y diverso, cada uno supo buscar aquella tarea que podía afrontar. Se cortaron eucaliptos con motosierra y con hachas Pulaski, se juntaron los troncos y se amontonó el ramaje, se recogió la basura que apareció y se transportó al punto de recogida, se cortó algún zarzal y se rastrilló la biomasa de una charca renovada, se arrancaron tojos y se retiraron los palos que estorbaban en los caminos. Los participantes quedaron tan cansados como contentos por el trabajo hecho.
Pasados 99 días desde que firmamos el acuerdo de custodia del territorio con el Ayuntamiento de Coirós, con la ayuda de 61 voluntarios que dedicaron un total de 384 horas, más una jornada laboral de un tractorista gracias a la gentileza del Distrito Forestal II, las mejoras del hábitat previstas en la zona húmeda están ejecutadas, justo cuando empiezan a llegar las lluvias otoñales.
Ahora comienza la segunda fase. Tenemos que buscar financiación externa para poder contratar profesionales que corten mediante métodos de escalada los eucaliptos que crecen en las paredes de la cantera, que retiren y procesen las uralitas con amianto contaminante, que coloquen un vallado en los desniveles para evitar que los visitantes se despeñen accidentalmente, que elaboren los paneles informativos y que reformen un par de edificaciones abandonadas, una donde puedan cobijarse ante el mal tiempo los visitantes y la otra como refugio para murciélagos y aves nocturnas.