Nació el día 5 de julio, víspera de la constitución de nuestra entidad de custodia, cerca del río Mandeo, en Aranga, donde viven sus padres. Hoy cumple los tres primeros meses de vida.
Recibió el nombre de Dona, que en gallego, aparte del tratamiento de respeto, es un término para referirse a seres fantásticos femeninos. Según las creencias populares, las donas eran mujeres hermosas y buenas, dotadas de poderes mágicos, que habitaban en los dólmenes, roquedos, fuentes, castros y ruinas. En lengua celta significaba “valiente conductora de su pueblo”. Por último, en castellano es lo que proponemos a todos los colaborares de Fragas do Mandeo para avanzar en la protección de nuestros espacios naturales.
La madre es una perra de raza pastor alemán, siendo el padre un boyero de Berna. Ambos progenitores son animales fieles e inteligentes, como corresponde a las razas de perros pastores de ovejas, en el caso de la madre, y de vacas, en el caso del padre.
Ya visitó al veterinario para ser desparasitada, vacunada e insertarle el microchip, que la identificará de por vida.
En las primeras semanas se mostró confiada y despierta, recorriendo toda la finca en la que vive. Como es habitual en los cachorros, todo le llama la atención, sin parar de jugar y de morder, rompiendo todo lo que coge.
A pesar de su vitalidad, está creciendo a un ritmo de dos kilos por semana. Aprende rápidamente y ya sabe sentarse cuando debe. Ahora está aprendiendo a comportarse cuando va de la cadena y acostumbrándose al alboroto de las ciudades.
