Testimonios

 

“Las fragas del Mandeo son merecedoras del mayor esfuerzo de conservación posible, debido a la notable biodiversidad que albergan y a su riqueza paisajística, valores más destacados aún si consideramos el entorno altamente humanizado donde se encuentran. La persistencia de notables bosques de ribera y robledales termófilos, todos ellos en favorable estado de conservación, unido a la particular orografía del cauce medio y bajo del río Mandeo, han propiciado la preservación en este lugar de una flora y fauna singular. Especies amenazadas, junto con otras endémicas del noroeste ibérico o de gran singularidad biogeográfica, conviven en estas fragas, por lo que su conservación debe ser un objetivo prioritario. Doy por lo tanto mi apoyo a esta iniciativa de salvaguarda de este valioso espacio natural.”

Pedro Galán Regalado,
profesor titular del área de Zoología de la Universidade da Coruña
A Coruña, 13-10-2010

 

“Desde su conocimiento y su amor a la tierra, los promotores de Fragas do Mandeo, el fondo de conservación de la naturaleza de As Mariñas, dan el paso de crear una entidad para la conservación de la naturaleza en su comarca. La iniciativa tiene un gran valor. Por una parte va a contribuir a la necesaria conservación de las extraordinarias fragas y bosques de ribera que acompañan el curso del Mandeo; por otra, su esfuerzo servirá para divulgar y poner en valor un patrimonio natural poco conocido. Como caminante quedé sorprendido de la belleza de algunos parajes en mi recorrido entre Aranga y Betanzos; como naturalista no tengo dudas de la importancia biológica del territorio. Me gustaría felicitar a los promotores porque una pequeña parte de nuestro patrimonio natural está de enhorabuena.”

Javier Guitián Rivera,
catedrático de Botánica de la Universidade de Santiago de Compostela,
director de la Estación Científica do Courel
Santiago de Compostela, 19-10-2010

 

“En los últimos 5.000 años, el progresivo incremento de la acción humana sobre el territorio europeo provocó la desaparición de los bosques primarios o prístinos, y con ellos la desaparición regional de un importante elenco de especies de flora y fauna silvestres. A pesar de eso, en el viejo continente aún perduran áreas boscosas con una estructura y funcionalidad ecológica próxima a la naturalidad, albergando una gran riqueza de especies exclusivas o características de los ecosistemas arbóreos. Estos bosques se designan a nivel internacional como bosques antiguos, a los que pueden adscribirse un gran número de bosques caducifolios que persisten acantonados en los valles profundos de las sierras septentrionales gallegas (Mandeo, Eume, Xuvia, Landro, etc.), popularmente designados como fragas.

La conservación de las fragas, y con ellas el mantenimiento de los servicios tangibles e intangibles que prestan a la sociedad, exige la adopción de nuevos modelos de gestión entre los que se encuentran las iniciativas de custodia del territorio. La implantación de éstas, en países como Inglaterra, Suecia, Alemania, o Estados Unidos, demostró la posibilidad de afrontar su gestión desde una nueva perspectiva, integrando a los grupos conservacionistas, a los propietarios de los terrenos, a las administraciones y a la población local. La puesta en marcha del fondo de conservación de la naturaleza de As Mariñas, constituye en consecuencia una apuesta decidida para favorecer la conservación de las fragas del Mandeo, y servir de aglutinador en la conservación de nuestros últimos bosques antiguos.”

Dr. Pablo Ramil Rego,
director del Instituto de Biodiversidad Agraria y Desarrollo Rural (IBADER), Grupo de Investigación Territorio-Biodiversidad, Universidad de Santiago de Compostela
Comité Español Programa M&B de la UNESCO
Lugo, 27-10-2010

 

“Sean éstas unas breves notas que alaben merecidamente la iniciativa de Fragas do Mandeo en la custodia de los ríos Mandeo y Mendo, pues ciertamente contribuirá a la conservación de este valioso ecosistema fluvial. La Estación de Hidrobioloxía Encoro do Con tiene una gran experiencia en esta cuenca, desde el estudio de los peces migradores hasta la diagnosis de su estado ecológico. El Mandeo presenta bosques de ribera bien estructurados en muchos tramos, así como una gran diversidad faunística, que va desde invertebrados en peligro de extinción, como la almeja de agua dulce, hasta vertebrados especialmente amenazados, como varias especies de peces migradores, entre ellos el salmón y la anguila, además de la lamprea marina, que en los últimos años ocupan el interés de las políticas de conservación de la Unión Europea.

Aún así, estos ríos presentan varios problemas ambientales destacables, como son los residuos generados por los núcleos de población o los de origen agrícola. Sin embargo, uno de los más destacables es el ocasionado por las centrales eléctricas, pues la fluctuación de caudales, así como la mala gestión de los caudales circulantes o mismo las carencias de los sistemas de paso para peces, provocan un empobrecimiento de la fauna presente en los tramos afectados. Ambos ríos precisan de un plan para la mejora de su continuidad, no solamente para las especies de peces migradores, sino para la totalidad de la ictiofauna.”

Dr. Fernando Cobo Gradín,
director de la Estación de Hidrobioloxía Encoro do Con de la Universidade de Santiago de Compostela,
presidente de la Asociación Galega de Investigadores da Auga (AGAIA)
Santiago de Compostela, 11-11-2010

 

“La custodia del territorio es un enfoque nuevo en la conservación de la naturaleza que supone un importante paso adelante en la implicación de la sociedad civil. Durante décadas, los ciudadanos, reunidos en asociaciones, se limitaron a denunciar, demandar, pedir a las administraciones que corrigiesen fallos, solucionasen problemas, tomasen conciencia de la pérdida de los valores naturales y modificasen políticas inadecuadas. Pero la maduración de la sociedad ha dado sus frutos yendo más allá de la simple petición o de la enérgica exigencia.

La custodia del territorio es un mecanismo que implica la participación activa de los promotores, y precisa de la confianza de los propietarios para desarrollar una tarea concreta que redunde en la mejor conservación del territorio, favorezca la conectividad entre espacios de alto valor natural y garantice una mayor efectividad de las acciones. El objetivo ya no es que hagan algo otros, sino hacerlo uno mismo; no es pedir lo que puede parecer imposible, sino demostrar que se puede hacer; no es tranquilizar la conciencia, sino poner en práctica algo real. Voluntariedad, confianza y coparticipación son tres palabras clave para llevar a cabo la custodia del territorio y marcan un nuevo horizonte, más práctico y realista, para el conservacionismo del siglo XXI.”

Dr. Carlos Nores Quesada,
profesor titular de Zoología y subdirector del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (INDUROT), Universidad de Oviedo,
vicepresidente de la Fundación Oso Pardo
Oviedo, 29-11-2010
Fecha publicación: 13-10-2010
Última modificación: 5-12-2010
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